Uno de las peculiaridades del Instituto Iñaki Ochoa de Olza es su cercanía al monte Ezkaba y a la naturaleza. Por eso no es raro que desde sus aulas se puedan ver animales salvajes. Así ocurrió el pasado 30 de enero cuando un corzo se exhibió en los prados cercanos debajo del Polvorín haciendo las delicias de quienes estaban más pendiente del entorno natural que de las explicaciones de su profesor. Claudia fue quien dio la voz de aviso al percatarse de la presencia del animal. Markel no tenía palabras: «Estábamos en clase de gazte cuando ha ocurrido algo extraordinario. ¡Un corzo en el monte Ezkaba! Inmediatamente todos nos hemos puesto en la ventana para contemplar este magnífico espécimen de corzo. Acto seguido se esfumó por donde había venido, pero nos dejó un bonito recuerdo. Era la primera vez que veía un corzo tan majestuoso». Según Marina: «Estábamos trabajando pacíficamente en clase cuando un corzo veloz se vio a lo lejos en la montaña. Todos nos levantamos para ver al majestuoso corzo». Hegoi estaba contento: «He visto un corzo desde mi clase. Me va a traer buena suerte, aunque lo he visto muy a lo lejos». También para Mikel ha sido un día especial: «Ver un corzo salvaje ha sido un momento muy divertido e impresionante. El corzo era de color marrón y blanco. Es mucho mejor ver un corzo salvaje que no en un zoo». Y, finalmente, la impresión de Adriana: «Toda la clase nos hemos puesto a mirar por la ventana ya que no se ven todos los días corzos en el monte Ezkaba». Y según cuentan el corzo trajo un positivo para toda la clase.